Hay actos aislados que me siguen resultando extraños a pesar del paso de los años.
Por ejemplo, la gente hablando con manoslibres por la calle.
¿Hablan por teléfono? ¿Fingen? ¿O están hablando solos?
La vida sería mucho más sencilla si todos utilizásemos los auriculares de Retrostar*, adaptables al móvil y al PC...
Bonitos, inútiles y analógicos. ¿Qué más se puede pedir?
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